domingo, 27 de septiembre de 2015

6. Lectura del libro de Oseas



Lectura del libro de Oseas, teología profética en estado puro


Del libro de Amós al libro de Oseas

1. Si hemos iniciado la lectura de los profetas por Amós, bien podemos decir que Amós ha sido nuestro noviciado para entrar en el mundo de la profecía.
Pasamos cronológicamente a Oseas. Estudiando a Oseas nos interesa verificar la capacidad y el adiestramiento personal que hemos adquirido,
- sea como habilidad para el estudio: organización y dominio del material
- o sea, sobre todo, para entrar en comunión, estremecido, con el mensaje interpelante de los profetas, voceros de Dios.

2. Sería peligroso confrontar profeta y profeta (como no se puede comparar Evangelio y Evangelio en una gradación de menos a más), pero espontáneamente brotan algunos y características que terminan siendo comparaciones.
Amós es la puerta de la profecía; con Oseas estamos en el corazón mismo de la profecía. Isaías será el esplendor y la gloria de la profecía.

3. En el mismo corazón de la profecía perfilamos el centro y la espiral de lo que anuncia Oseas:
1. Dios es el esposo amantísimo, traicionado con adulterio y continuada prostitución, y pese a ello el esposo vencedor, porque el amor de Dios vence lo invencible.
2. Dios es el Padre lleno de ternura de Efraím, a quien enseñó a comer y a andar…y que, al final, por sus entrañas, lo perdona.
3. Efraím es la esposa infiel, la prostituta…, con sus sacerdotes, con sus profetas, pecador irremediable, sin conocimiento y amor, “mi pueblo” – dice el Señor – al que – pese a todas las amenazas y castigos, yo lo voy a seguir amando.
El libro de Oseas es la formidable victoria del amor, que anuncia el amor sin retorno que Dios Padre nos ofrece en su Hijo amado, Jesucristo. Podemos decir que Oseas es un modelo de teología profética en estado puro.
Oseas nos invita a recomponer todo el misterio de la Biblia. Se puede desfragmentar la Biblia, y tomar para mi tesis un texto que me interesa. Pongo la Biblia a mi servicio, y con la Biblia en mano hablo sobre el juicio de Dios contra el mundo y la condena que nos amenaza… Oseas nos muestra que la condena no es la última palabra de la salvación. Oseas, como otros profetas, culmina y termina con un oráculo de salvación.


Orientación desde una metodología general de estudio crítico-científico de la Biblia

Para abordar un texto de la Biblia – y ahora estamos pensando en el Antiguo Testamento – debemos tener un esquema de orientación. Hablando de modo teórico, he aquí este esquema:

Primer paso: Entrada: Situar el texto

 

Ø  En qué punto me encuentro en el mapa (por así decir) de la Biblia

Ø  Quién ha escrito este texto

Ø  En qué tiempo

Ø  En qué conjunto bíblico está situado

 

Segundo paso: Acercamiento literario e histórico

  1. Análisis verbal
Ø  Leer el texto.
Ø  Comprenderlo con el significado exacto de las palabras, versículo a versículo. Siempre nos serán de primera utilidad los comentarios que van recorriendo el texto versículo a versículo, para aclarar las palabras y conceptos que lo requieran.

2. Análisis formal, para mejor desentrañar el texto
Ø  Qué clase de texto es éste: que “forma” (género literario) presenta
Ø  Qué estructura visible presenta el texto
Ø  Qué historia tiene detrás de sí el texto: qué tradiciones (Técnicamente se habla, si bien el origen sea la investigación de los Evangelios, de la “Form-Geschichte”, a saber, Historia de la Forma)

Tercer paso (punto de llegada): Interpretación teológica

 

Ø  El texto en sí mismo, según la teología que refleja: lectura, por así decir, a nivel del Antiguo Testamento.
Ø  El texto leído en la totalidad de la Biblia y en el hoy de la historia de salvación (Si se inventó la expresión de “Formgeschichte”, también se inventó, muy posteriormente, otra expresión, a saber: “Wirkungs-Geschichte”, esto es: Historia del Influjo – o actuación – de este texto: cómo ha operado en la historia de teología y de la praxis de la fe este pasaje de la Escritura).
Aquí podemos caer en el subjetivismo, en el fundamentalismo. Este pasaje de la Biblia “a mí me dice”… Pero ese “a mí me dice” tiene que estar en consonancia con lo que se llama la “analogía de la fe”, es decir, con una lectura armónica de toda la Biblia.

En los alrededores del texto y en el corazón del texto

La experiencia de lector de la Biblia nos dice lo siguiente:
- Podemos saber muchas cosas literarias e históricas acerca del texto. Con una erudición deslumbrante podemos estar “en los alrededores del texto”.
- Y a lo mejor, con menos erudición podemos ir al corazón del texto. El corazón del texto, por un camino erudito o por un camino normal de “lector informado de la Biblia” se alcanza cuando se percibe que este texto, leído en la fe:
1.      Era entonces palabra de Dios para aquel pueblo al que fue dirigido.
2.      Es hoy palabra de Dios para este pueblo de Dios, que es la Iglesia peregrina: el texto está hablando, no por acomodaciones caprichosas, sino por lo que brota desde su propia interioridad.
3.      Es “hic et nunc” palabra de Dios a mí dirigida.
En esta perspectiva hermenéutica el texto queda sacramentalizado y es evento de gracia para mí: palabra viviente de un Dios que vive y que actúa en mi vida.

Según esto, nuestro objetivo de estudio de Oseas, de los demás profetas
1)      No es acumular conocimientos de la bibliografía presentada, conocimientos que se requieren en determinado grado para dar cuenta en los exámenes,
2)      Sino, habiendo asimilado, un determinado cúmulo de conocimientos útil, ser lector protagonista (de alguna maneta autónomo), lector directo del profetas, que lo conozco por haberlo frecuentado.
3)      Sin duda que esto requiere horas. Lápiz en mano voy tomando mis notas (por ejemplo, qué vocabulario le gusta usar al profeta Oseas); he transitado por el libro, y lo conozco como conozco las calles del barrio donde vivo. Sé dónde está tal tienda (es decir, tal texto, en qué capítulo) y qué me voy a encontrar al doblar la calle (al doblar el capítulo).

El teólogo ante Oseas

El libro de Oseas hay que entenderlo desde el final, desde ese añadido de un Sabio que se detiene ante la obra terminada, y exclama:
¿Quién es la persona sabia
capaz de entender estas cosas?,
¿quién el inteligente para conocerlas?:
rectos son los caminos de Yahvé
y por ellos caminan los justos,
mas los rebeles en ellos tropiezan (versículo final: Os 14,10).
Con este aviso nosotros entramos en el mensaje, leyendo el texto y desde el texto transcendiendo el mismo texto.

Técnica de estudio

1. En un estudio verdaderamente inteligente y sabio hemos de fundir lo que otros han estudiado y se puede tomar como adquisiciones suficientemente seguras con lo que yo yo aprendiendo del trato director del texto. Al final, mi lectura (ya enriquecida) es al interpretación del texto. Así, pues:
a) Me acerco al texto con una pequeña red de conocimientos previos.
b) Y empiezo a leerlo yo, a escucharlo yo, y voy sintiendo cómo el texto crece desde sí mismo, desde dentro, se va iluminando más y más. Cada nueva lectura es una nueva espiral en profundidad.
c) No olvidemos esta comunión entre tres:
- el especialista (llámese José Luis Sicre, José María Ábrego…, por citar dos buenos autores a mano),
- yo,
- y el principal: ¡el texto!

2. Y qué puedo hacer yo frente al texto, al entrar ya con esos previos conocimientos.

a) Pesar las palabras. La frecuencia de las palabras es un indicio muy interesante, aunque nunca podemos mecanizar la teología con un “contador de palabras”.

(Puedes entrar en vatican.va / Ir a: Textos fundamentales / tomar la Biblia / Castellano (edición argentina/ Oseas / Abre el texto, pro capítulos/ Observa esta indicación: Pulse aquí para activar los vínculos a las concordancias / Toma una palabra del texto que te interese en Oseas, por ejemplo, ya al comenzar: prostitución / Pincha en este término, y podrás ver todas las veces que recurre en la Biblia, según esta traducción argentina, el término prostitución; selecciona aquí los textos que corresponden a Oseas, que son:
Os,  1,   2|   una mujer entregada a la PROSTITUCIÓN, y engendra hijos de PROSTITUCIÓN,
Os,  1,   2|  PROSTITUCIÓN, y engendra hijos de PROSTITUCIÓN, porque el país no hace
Os,  2,   6|   hijos, porque son hijos de PROSTITUCIÓN. ~
Os,  4,  10|  Señor, para entregarse a la PROSTITUCIÓN. ~
Os,  4,  12|   adoctrina, porque un espíritu de PROSTITUCIÓN lo extravía y se han prostituido
Os,  4,  14|  cuenta a sus hijas por su PROSTITUCIÓN ni a sus nueras por su adulterio,
Os,  4,  14|  con las consagradas a la PROSTITUCIÓN. ¡Así, un pueblo que no
Os,  4,  18|  embriagarse se entregan a la PROSTITUCIÓN; sus jefes aman la Ignominia. ~
Os,  5,   3|   Efraím, has inducido a la PROSTITUCIÓN, Israel se ha vuelto impuro. ~
Os,  5,   4|   de ellos un espíritu de PROSTITUCIÓN y no conocen al Señor.
Son 12 empleos, a los que habrá que añadir el uso del término en estado verbal. Es simplemente un instrumento, que en muchas ocasiones me puede resultar precioso).
Otra prueba: Pincha la palabra Efraím, que la primera vez  en 5,3, y verás que con sorpresa que en todo el libro de Oseas aparece 36 veces, mientras que en Isaías solo 15.
Pincha la palabra sacerdote, profeta, conocimiento, amor…
Indaga sobre la expresión “mi pueblo”…

b) Selecciona “temas” con ayuda de las palabras.
c) Ordena secciones.
d) Apunta frases muy características, especialmente expresivas para entregare el mensaje.
e) Vete haciendo tu propio esquema personal de la síntesis que ya va surgiendo en ti.
d) Dale tu auténtico sello personal, que no lo has aprendido en ningún libro.
En suma, poco a poco resulta que tú mismo – tú misma – eres un genuino intérprete del profeta, con personalidad propia, que es el fruto del estudio que queríamos recoger.

3. Un ejercicio extraordinario con el profeta Oseas es centrarse en el capítulo 2 del libro porque ahí están los grandes conceptos teológicos del profeta, ampliamente explicados en las notas a pie de página.


Corazón y clave de unidad del mensaje de Oseas

1. El centro de la Biblia es el amor de Dios: Él nos amó primero (1Jn 4,19). Y todas sus páginas rondan en torno a este amor de Dios.
2. El amor – que es la donación gratuita del ser a la persona amada, y que halla su culminación en el amor correspondido, en el mutuo amor gratuito – tiene un referente absoluto en la vida humana en el matrimonio.
3. Si Jesús se sirvió de parábolas para hablar del Reino de Dios, y sin parábolas no les hablaba, tomemos el amor matrimonial como sublime parábola del amor de Dios. Dios es el esposo, y el pueblo (primicias de toda la humanidad) es la esposa.
4. Dios, entrando en la historia, queda actualidad como amor, es decir, como donación gratuita; es más total e irreversible.
En mi matrimonio – dice el profeta – está Dios, y habla Dios; en mi matrimonio roto y profanado estaba Dios y hablaba Dios; en mi matrimonio restaurado estaba Dios y hablaba Dios; en mi matrimonio anhelado está Dios y habla Dios. Dios es el puro amor en un  matrimonio infeliz, pues, a pesar de todo, Dios es la felicidad prometida y restaurada.
El asunto del matrimonio de Oseas con "Gomer, hija de Diblaim". ¿Ficticio-simbólico o real? Se inclinan los exegetas por un matrimonio real. 
Ahora bien, resulta extraño - y quizás incomprensible desde un punto de vista histórico - que Dios dé esas órdenes referentes al matrimonio. ¿No se puede decir que el profeta interpreta, post factum, un matrimonio fracasado, y que esa interpretación personal es el símbolo que se propone a Israel? No pienso que críticamente haya objeción que opone, al menos como hipótesis aceptable.
Moisés manda despedir a la mujer. Pero la Ley queda superada en la profecía, y la mujer adúltera no solamente no tiene que ser despedida, sino que ella - ¡precisamente ella! – nos está revelando al generosidad gratuita del amor divino. En este caso, la mujer infiel (que resulta que soy yo) es el mejor soporte para que se revele el amor puro de Dios: Los amaré, aunque no lo merezcan.
Este tipo de teología, que es escándalo pero de  ninguna manera frivolidad, nos anuncia algo que solo se ha de cumplir en el Hijo de Dios encarnado. El Hijo queda solidarizado con la mujer infiel y él, y sólo él, va a ser el garante de la fidelidad del amor.
La mujer adúltera, la prostituta pertinaz nos está anunciando la presencia del Verbo puro en medio de los hombres. En el rechazo de Dios (ir tras la PROSTITUCIÓN) se está revelando el amor invencible de Dios.
La teología se queda sin aliento para resolver en el amor lo que va más allá de una justa retribución de Dios.
Ahora resulta que el juicio de Dios no va a ser otro que el perdón: Dios es un juez justo (o superjusto) si la justicia es el perdón por el amor de Dios.

5. Desde esta clave, que es el eje giratorio de Oseas (el amor invicto de Dios), hemos de entender la unidad y convergencia de todos los otros temas.
Pecado y castigo es un binomio constante que llena la secuencia de capítulos. Ahora bien, ¿cómo habrá que entender el castigo divino, tan crudamente remarcado? No como el castigo definitivo, sino como un castigo abierto a lo que Dios está esperando: el perdón y el abrazo de amor.
Un ejemplo:
“Cómo voy a entregarte, Efraím?,
¿cómo dejarte a tu suerte, Israel?
No daré curso al furor de mi cólera,
no volveré a destruir a Efraím,
porque soy Dios, no un hombre;
el Santo en medio de ti,
y no es mi deseo aniquilar” (11,8-9).

Un gran tema en Oseas es el de “aquel día”, el Día de Yahvé, que puede ser, sí, día de ruina, pero, al final, aquel día es el día de la victoria del amor de Dios.
En suma, el oráculo final, coronación del libro, es el de la conversión, la misericordia, la plenitud del amor: “de mí procede tu fruto” (versículo final, antes del pequeño apéndice).





Un trabajo final sobre el estudio de los profetas

Ejercicios espirituales con el libro del profeta Oseas
El Amor vencedor de Dios por Jesucristo

Proponemos – idealmente – la elaboración de un material para unos ejercicios espirituales tomando como guía a Oseas.
Ejercicios de cinco días.
Dos explicaciones cada día.
Un total de diez temas, los cuales deben abarcar una síntesis dinámica de la fe bajo el signo del Amor vencedor de Dios por Jesucristo.
Una hoja para cada tema, en el desarrollo del cual habrá citas y referencia del profeta.
No se trata de tomar los textos “por los pelos” y hacer aplicaciones caprichosas, sino de mostrar cómo el mensaje cristiano fluye de la Palabra de Dios que es viva y eficaz más penetrante que espada de doble filo.
“Misericordia quiero y no sacrificios” es una palabra que toma Jesús de Oseas, no para repetir lo que ya estaba dicho, sino para proyectar su mensaje desde lo que ya estaba dicho.


Guadalajara, 9 septiembre 2012

5. Lectura del libro de Amós



Lectura del libro de Amós


UNA PROPUESTA REALISTA

Al nivel de un  centro superior de estudios una propuesta de estudio del libro de Amós, sin ser propiamente la lectura de un especialista, puede ser satisfactoria en este sentido:
1. Tomar la Biblia de Jerusalén como texto y comentario del profeta. Las notas a pie de página son suficientes para un "primer comentario"
2. Leer. simultáneamente al texto, los comentarios a pie de página.
3. Confrontar algunas de las abundantísimas citas que nos ofrecen
            - tanto las referencias marginales
            - como las notas de pie de página
4. Y teniendo un conocimiento de las cuestiones generales del libro (época, variedad de material y género de oráculos),
5. Llegar a una síntesis personal del mensaje

      Mi lectura personal de Amós puede ser para mí mismo el "test" de la lectura de los profetas, para observar
       - cuál es mi grado de atención y de comprensión de un mínimo detalle en particular,
       - cuál es el grado de compenetración teológica y sensitiva con el mensaje vivo del profeta,
       - cuál es mi capacidad literaria para dominar un libro bíblico (en el libro de Amós encontraré varios géneros de oráculos).
       - y sobre todo cuál es mi capacidad  de creyente para tomar cualquier página de la Escritura como Palabra de Dios


UNA PRIMERA LECTURA  "AL VIVO" DEL LIBRO
(Notas escritas hace unos años)

    Como libro base que nos ha de servir en el curso hemos adoptado el volumen correspondiente del manual pensado para seminarios y centros análogos editado conjuntamente por la Institución San Jerónimo (Valencia) y la Asociación Bíblica Española (ABE), publicados por Editorial Verbo Divino (Estella, España). La Introducción al estudio de la Biblia, compuesta por diez volúmenes (dos de los cuales se consideran como suplemento), dedica el volumen 4 a los profetas:
     José María Ábrego de Lacy, Los libros proféticos (Introducción al estudio de la Biblia, 4). Estella, Verbo Divino 1997 (2a. ed.), 300 págs. En éste que va a ser nuestro manual de base, véase: El profeta Amós y su obra, pp. 50-71.

    Se apreciará también como introducción breve, densa y muy rica, del libro del profeta, la explicación que en su lugar correspondiente tiene la Biblia de Jerusalén (p. 1088 de la última y tercera edición de esta Biblia, año 1998).
    He aquí algunos apuntes de una lectura "al vivo", para que queden como memoria.

1.    El rugido de Dios.  "Dijo: Ruge Yavé desde Sión" (1,2). ¿Esto es lo que dijo Amós? ¿Este es todo su mensaje? ¿El libro de Amós es un rugido de Dios? Sí... Este versículo inicial podemos tomarlo como un estallido de lo que va a ser la nota dominante del libro.
     Notemos, de paso, que el rugido de Dios se da desde Jerusalén. El reino se ha dividido a la muerte de David: Israel y Judá. Para el profeta de Dios, un profeta que predica justamente en el reino del Norte, el centro espiritual, el lugar eminente de la presencia de Dios, sigue siendo Sión-Jerusalén.

2.    Sabiendo esto, hemos comenzado desde el oráculo final (9,11-13). Es la palabra final del profeta; es, en el fondo, la palabra última y definitiva de Dios: el amor. Es necesario adentrarse en ese oráculo (o en esos oráculos), cuyas expresiones fueron clave en el concilio de Jerusalén: Aquel día levantaré la cabaña ruinosa de David (v. 11), en labios del jefe de la comunidad de Jerusalén, Santiago, dando la sentencia final a la asamblea (véase Hch 15,16-17). Será necesario, pues, detenerse con amor en esta promesa que cierra el libro y a la luz de la cual se puede comprender mejor la seriedad del rugido de Yavé. En el fondo, es el rugido del amor. Véase atentamente el versículo final: Yo los plantaré en su tierra / y no serán arrancados nunca más / de la tierra que les di, dice Yahvé tu Dios. Este "dice Yahvé tu Dios" es la firma de todo el libro. El rugido de Dios, al final, acaba siendo una palabra dulcísima de amor.

3.    El pobre por un par de sandalias (2,6). El libro se ha abierto con los oráculos contra las naciones, en este caso contra las naciones circunvecinas: contra Damasco, contra Tiro y Fenicia, contra Edom, contra Amón, contra Moab. Un profeta que no era más que un campesino (como aparecerá luego) ¿tiene una voz que dar contra las naciones? Sí puede darla, si es un profeta que se siente como profeta de Dios, Señor de todas las naciones. Hemos entrado en el núcleo teológico del libro: la soberanía de Dios, que es el único que puede tener la palabra decisiva sobre los hombres. En la tierra puede triunfar la injusticia, pero sólo Dios es el poderoso y no ha de quedar la injusticia impune.
     Asociado al juicio contra las naciones (1,3-2,2) está el juicio contra Judá (2,4-5) - que quizás es un oráculo posterior puesto aquí - para culminar en el primer oráculo contra Israel (2,6-16). Esta especie de yuxtaposición de las naciones con Judá e Israel está diciendo que ante Dios no hay privilegios, si hay que dar cuenta de las propias acciones. Viene el juicio de Dios.
   El juicio de Dios se presenta como defensa de los débiles. Hagamos una lista de pecados censurados por Amós y veremos cómo el Dios que anuncia el profeta es el Dios defensor de los humildes. Este es el Dios de la gran tradición de la alianza. Venden al justo por dinero y al pobre por un par de sandalias. La esclavitud está contemplada en la ley, pero en realidad ¿se puede vender al justo por dinero? ¿Y es posible que un pobre no valga más que "un par de sandalias"? Realmente pisan contra el polvo la cabeza de los débiles.

4.    La criada profanada: "profanando mi santo Nombre" (2.7). Hijo y padre acuden a la misma doncella, profanando mi santo Nombre. La doncella, al parecer, es la criada. En este caso más que el pecado sexual la acusación considera como cosa más grave el desprecio que se hace a una muchacha indefensa. Y esto es igual que "profanar mi santo Nombre". Podemos tomar este texto como un testimonio enérgico de la defensa y promoción de la mujer humilde.

5.    En este oráculo de condena (2,6-16) encontramos también los reproches del Dios herido y amante de su pueblo. Retengamos los versículos 10, 11 y 12: Yo os hice subir a vosotros del país de Egipto / y os conduje por el desierto cuarenta años... Suscité profetas entre vuestros hijos, /y nazireos (consagrados) entre vuestros jóvenes...

6.    La elección no es un privilegio, sino una nueva responsabilidad. Hay que sopesar la importancia teológica de este versículo: Solamente a vosotros conocí / de entre todas las familias de la tierra; / por eso, os visitaré / por todas vuestras culpas (3,2). La elección, misterio de gracia, es cierta; pero la elección no puede crear una falsa seguridad, sino que engendra una nueva responsabilidad. La frase resulta muy dura en el tono de condena.

7.    La vocación profética es irresistible (3,3-8). El texto es muy notable en la literatura profética. Merece la pena el retenerlo en la memoria para percibir cómo se siente el profeta, cogido por Dios. En este contexto encontramos una frase teológica muy importante sobre la intimidad de Dios con el profeta, como confidente, a saber: No, nada hace el Señor Yahvé sin revelar su secreto a sus siervos los profetas (3,7).

8.    Las vacas de Basán, que son las mujeres de los poderosos (4,1ss). El lector de Amós se queda muy impresionado por esa audaz metáfora: "vacas de Basán", principio de una descripción característica de Amós: las que maltratáis a los pobres, las que decís a vuestros maridos: "¡Trae de beber!".

9.    Buscadme a mí y viviréis (5,4. 6). Un gran tema de teología profética. Léase atentamente la nota de la Biblia de Jerusalén colocada en este lugar (5,4) sobre buscar a Dios, buscar su rostro.

10.    No quiero oír la salmodia de tus arpas (5,23). Primer oráculo de un tema que se va a ir repitiendo en los profetas. Dios siente repugnancia por la belleza del culto - cuando esa belleza se alaba y se fomenta tanto en la Biblia, si las solemnidades rituales y las fiestas en el templo (en este caso en Betel) son falsas seguridades. Léase todo el oráculo titulado en la Biblia de Jerusalén como "Contra el culto exterior" (5,21-27): Yo detesto, aborrezco vuestras fiestas...

11.    Perdona, por favor, Señor Yahve, ¿cómo va a resistir Jacob, que es tan pequeño? Por dos veces escuchamos esta frase conmovedora en las visiones del profeta (7,2. 5). Y Dios se arrepiente y perdona. Los oráculos nos sirven para entrar en el alma del profeta, que se siente solidario con su pueblo, intercede como Moisés, y obtiene el perdón.

12.    Sobre la vocación del profeta impresionante el relato del encuentro con el sacerdote del templo real de Betel. Yo no soy profeta, ni soy hijo de profeta, yo soy un vaquero... Leer todo el dramático relato de 7,10-17.

13.    El Día de Yahvé (5,18). Primera mención en la literatura profética de un tema importantísimo. Véase igualmente el anuncio del oscurecimiento del sol a mediodía (8,9), texto que está a la base del signo de las tinieblas en al muerte de Jesús, y más si se compara el "lamento por el hijo único" (v. 10) con el pasaje de Lc 23,48: "Y toda la muchedumbre que había acudido a aquel espectáculo, al ver lo que pasaba, se volvió dándose golpes de pecho". 



HACIA UNA LECTURA POSTERIOR ESTRUCTURADA,  ORGÁNICA Y PROFUNDA

     Un especialista, después de una exégesis detallada, busca una lectura teológica unitaria. Aunque uno no haya hecho todo este camino, un  acercamiento serio al profeta nos lleva a resultados muy estimables.
     He aquí la "Conclusión" que presenta un especialista de profetas, Jesús M. Asurmendi, en un estudio de divulgación: Amós y Oseas (Cuadernos bíblicos, 64), Verbo Divino, Estella 1989.

"Al final de este recorrido del libro de Amós, la cosecha es abundante. Nos hemos quedado impresionados por la fuerza y la vehemencia de la llamada a la misión profética que emana del primer libro de un profeta. Tanto si el conjunto del oráculo es de Amós, como si lo han completado sus discípulos, lo cierto es que Am 3, 3-8 muestra maravillosamente la potencia de la llamada a la misión profética, de la que atestigua el conjunto del libro de Amós. El relato biográfico de 7, 10-17 es de la misma vena. Íntimamente ligados al carácter impetuoso de la llamada, el ministerio y el libro de Amós atestiguan la dificultad y la aspereza de la misión. Ser profeta a la manera de Amós supone aceptar una vida que no tiene nada de placentera. La fidelidad al mensaje recibido provoca la contestación, el enfrentamiento, la persecución. Amós se sitúa entonces en la línea de los «profetas-sufrientes» por causa de la palabra.
Amós aparece igualmente como el profeta que tiene una visión clara de la universalidad del Dios de Israel. En primer lugar, porque, a pesar de tener su origen en Judá, la misión recibida lo envía a predicar a Israel, en el reino del norte; hace explotar las fronteras políticas entre los dos Estados, mostrando así que lo que cuenta para el Señor es su pueblo y no forzosamente las instituciones políticas que él mismo se dio. Luego, en la serie de oráculos contra las naciones, el último se refiere a Israel y lo sitúa, hasta cierto punto, en el mismo nivel que los demás pueblos. Esta constatación se ve reforzada en Am 9,7, que sitúa la elección de Israel y la salida de Egipto en el mismo plano que las emigraciones de los otros pueblos.
Si Amós no niega la especificidad de Israel y los vínculos particulares de su pueblo con el Señor, su visión es más amplia y, para él, el Dios de Israel actúa, juzga y bendice igualmente fuera de las fronteras de Israel. De esta manera se amplían las perspectivas teológicas de su pueblo.
Dicho esto, la escasez de mensajes de esperanza en los textos de Amós (5, 6.15; 9, 8) puede provocar cierto malestar y corre el peligro de llevar a la conclusión de que no predicó más que la desgracia y el castigo para su pueblo. Si la palabra profética debe ser captada en su contexto, hay que decir que la situación histórica explica en gran parte la dureza del mensaje de Amós.
Criticando la injusticia, la insolidaridad, el culto y la seguridad automática en la elección de Israel, se sitúa por completo contra corriente, en una época que fue una de las más prósperas de Israel. Si su mensaje pareció pura locura a sus contemporáneos, la historia le dio la razón, veinte o treinta años más tarde, cuando Israel se hundió definitivamente con los asirios. Israel estaba convencido de que tenía a Dios a su lado -«buscad al Señor..., y así el Señor de los ejércitos estará con vosotros como decís»- y de que era un pueblo privilegiado frente a los demás (9, 7); por esta razón precisamente, el juicio habría de ser más duro todavía (3, 1-2).
Sería ridículo imaginarse a Amós satisfecho del mensaje que transmite, y hay que observar que, en las dos primeras visiones (7, 1-3.4-6), el profeta intercede en favor de su pueblo ante el Señor. La palabra ha obligado a Amós a proclamar un mensaje tanto más duro cuanto que la situación social y religiosa parecía gloriosa y magnífica. Tuvo que abrir los ojos de sus contemporáneos y denunciar sus ilusiones: «El día del Señor será tinieblas y no luz» (5, 18-20).
Las tinieblas anunciadas por el profeta correspondían de hecho al comportamiento ético del pueblo y eran su resultado. Amós le recuerda a Israel la especificidad de su fe más allá de las apariencias engañosas de un culto próspero y de una sociedad enriquecida. Anuncia a su pueblo que no vivirá, si no busca a Dios en donde se
Algunos han subrayado los vínculos que untan los juicios críticos de Amós con las leyes y costumbres de Israel, es decir, con el decálogo Si es más que probable que el profeta se haya referido a un contexto legislativo existente, cuyo tenor y cuya forma se nos escapan actualmente en gran parte, lo cierto es que va también mucho más lejos No se contenta, como dice W Rudolph, con sacar su «código» y controlar la aplicación que se hace de él va a la raíz de la función de las leyes en Israel y manifiesta, más allá del desnivel material, las perversiones profundas que ocultan unos comportamientos y unas prácticas perfectamente legales Son las raíces de la relación entre Israel y su Dios las que el profeta destaca con una fuerza y una precisión innegables
No serán el lujo ni los excesos sociales los que causen la degeneración y el hundimiento de Israel Su caída provendrá del comportamiento de los Israelitas entre sí, de la actitud de los poderosos y de los ricos que Intentan eliminar a los pobres y a los débiles para su propio provecho (8,4) Israel solo podrá sobrevivir, SI adopta el mismo comportamiento que Siguió el Señor con él dio a su pueblo la tierra, la Vida Los Israelitas podrán existir, si viven en la dinámica del don, no en la de la posesión y la explotación del otro
¿Cómo pueden leerse hoy los textos de Amós? La frecuencia de situaciones semejantes puede conducirnos a una trasposición directa de los textos del profeta a nuestra Vida cotidiana, olvidándonos de la distancia cultural, histórica, del contexto socio-político y económico que nos separan de Amós Una «aplicación inmediata» de los textos proféticos en general, y de Amós en particular, corre el riesgo de llevarnos a un callejón Sin salida Más que las denuncias concretas de Amós (los comerciantes, el lujó, los tribunales, los ricos en genera!), lo que debemos retener es la convicción teológica sobre la que se basan y que volvemos a encontrar totalmente e el Nuevo Testamento el hombre es mi hermano Se encuentra a Dios en los otros y por medio de los otros
Este principio básico, este principio constitutivo es el único que puede permitirnos una apreciación más objetiva de nuestro presente, poniéndonos Incluso en la posibilidad de descifrar este presente a la luz de lo que es el fundamento mismo de la fe de Israel y de la Iglesia".





PARA IR TRABAJANDO UNA SÍNTESIS PERSONAL

     Veremos los "temas" que han ido apareciendo en el estudio y trataremso de hacer unidad en torno a grandes núcleos bíblicos:
     1. El Dios que nos presenta Amós.
     2. La Alianza, clave en la relación con Dios:
            - Pecado.
            - Amenaza.
            - Castigo.
     3. Apertura final con el triunfo de Dios y el restablecimiento de Israel.