Lectura del libro de Amós
UNA PROPUESTA REALISTA
Al nivel
de un centro superior de estudios una
propuesta de estudio del libro de Amós, sin ser propiamente la lectura de un
especialista, puede ser satisfactoria en este sentido:
1. Tomar
la Biblia de Jerusalén como texto y comentario del profeta. Las
notas a pie de página son suficientes para un "primer comentario"
2. Leer.
simultáneamente al texto, los comentarios a pie de página.
3.
Confrontar algunas de las abundantísimas citas que nos ofrecen
- tanto las referencias marginales
- como las notas de pie de página
4. Y
teniendo un conocimiento de las cuestiones generales del libro (época, variedad
de material y género de oráculos),
5. Llegar
a una síntesis personal del mensaje
Mi lectura personal de Amós puede ser para mí mismo el
"test" de la lectura de los profetas, para observar
- cuál es mi grado de atención y de comprensión de un mínimo detalle en particular,
- cuál es el grado de compenetración teológica y sensitiva con el mensaje vivo del profeta,
- cuál es mi capacidad literaria para dominar un libro bíblico (en el libro de Amós encontraré varios géneros de oráculos).
- y sobre todo cuál es mi capacidad de creyente para tomar cualquier página de la Escritura como Palabra de Dios
- cuál es mi grado de atención y de comprensión de un mínimo detalle en particular,
- cuál es el grado de compenetración teológica y sensitiva con el mensaje vivo del profeta,
- cuál es mi capacidad literaria para dominar un libro bíblico (en el libro de Amós encontraré varios géneros de oráculos).
- y sobre todo cuál es mi capacidad de creyente para tomar cualquier página de la Escritura como Palabra de Dios
UNA PRIMERA LECTURA "AL VIVO" DEL LIBRO
(Notas escritas hace unos años)
Como libro base que nos ha de servir en el curso hemos adoptado el volumen correspondiente del manual pensado para seminarios y centros análogos editado conjuntamente por la Institución San Jerónimo (Valencia) y la Asociación Bíblica Española (ABE), publicados por Editorial Verbo Divino (Estella, España). La Introducción al estudio de la Biblia, compuesta por diez volúmenes (dos de los cuales se consideran como suplemento), dedica el volumen 4 a los profetas:
José María Ábrego de Lacy, Los libros proféticos (Introducción al estudio de la Biblia, 4). Estella, Verbo Divino 1997 (2a. ed.), 300 págs. En éste que va a ser nuestro manual de base, véase: El profeta Amós y su obra, pp. 50-71.
Se apreciará también como introducción breve, densa y muy rica, del libro del profeta, la explicación que en su lugar correspondiente tiene la Biblia de Jerusalén (p. 1088 de la última y tercera edición de esta Biblia, año 1998).
He aquí algunos apuntes de una lectura "al vivo", para que queden como memoria.
1. El rugido de Dios. "Dijo: Ruge Yavé desde Sión" (1,2). ¿Esto es lo que dijo Amós? ¿Este es todo su mensaje? ¿El libro de Amós es un rugido de Dios? Sí... Este versículo inicial podemos tomarlo como un estallido de lo que va a ser la nota dominante del libro.
Notemos, de paso, que el rugido de Dios se da desde Jerusalén. El reino se ha dividido a la muerte de David: Israel y Judá. Para el profeta de Dios, un profeta que predica justamente en el reino del Norte, el centro espiritual, el lugar eminente de la presencia de Dios, sigue siendo Sión-Jerusalén.
2. Sabiendo esto, hemos comenzado desde el oráculo final (9,11-13). Es la palabra final del profeta; es, en el fondo, la palabra última y definitiva de Dios: el amor. Es necesario adentrarse en ese oráculo (o en esos oráculos), cuyas expresiones fueron clave en el concilio de Jerusalén: Aquel día levantaré la cabaña ruinosa de David (v. 11), en labios del jefe de la comunidad de Jerusalén, Santiago, dando la sentencia final a la asamblea (véase Hch 15,16-17). Será necesario, pues, detenerse con amor en esta promesa que cierra el libro y a la luz de la cual se puede comprender mejor la seriedad del rugido de Yavé. En el fondo, es el rugido del amor. Véase atentamente el versículo final: Yo los plantaré en su tierra / y no serán arrancados nunca más / de la tierra que les di, dice Yahvé tu Dios. Este "dice Yahvé tu Dios" es la firma de todo el libro. El rugido de Dios, al final, acaba siendo una palabra dulcísima de amor.
3. El pobre por un par de sandalias (2,6). El libro se ha abierto con los oráculos contra las naciones, en este caso contra las naciones circunvecinas: contra Damasco, contra Tiro y Fenicia, contra Edom, contra Amón, contra Moab. Un profeta que no era más que un campesino (como aparecerá luego) ¿tiene una voz que dar contra las naciones? Sí puede darla, si es un profeta que se siente como profeta de Dios, Señor de todas las naciones. Hemos entrado en el núcleo teológico del libro: la soberanía de Dios, que es el único que puede tener la palabra decisiva sobre los hombres. En la tierra puede triunfar la injusticia, pero sólo Dios es el poderoso y no ha de quedar la injusticia impune.
Asociado al juicio contra las naciones (1,3-2,2) está el juicio contra Judá (2,4-5) - que quizás es un oráculo posterior puesto aquí - para culminar en el primer oráculo contra Israel (2,6-16). Esta especie de yuxtaposición de las naciones con Judá e Israel está diciendo que ante Dios no hay privilegios, si hay que dar cuenta de las propias acciones. Viene el juicio de Dios.
El juicio de Dios se presenta como defensa de los débiles. Hagamos una lista de pecados censurados por Amós y veremos cómo el Dios que anuncia el profeta es el Dios defensor de los humildes. Este es el Dios de la gran tradición de la alianza. Venden al justo por dinero y al pobre por un par de sandalias. La esclavitud está contemplada en la ley, pero en realidad ¿se puede vender al justo por dinero? ¿Y es posible que un pobre no valga más que "un par de sandalias"? Realmente pisan contra el polvo la cabeza de los débiles.
4. La criada profanada: "profanando mi santo Nombre" (2.7). Hijo y padre acuden a la misma doncella, profanando mi santo Nombre. La doncella, al parecer, es la criada. En este caso más que el pecado sexual la acusación considera como cosa más grave el desprecio que se hace a una muchacha indefensa. Y esto es igual que "profanar mi santo Nombre". Podemos tomar este texto como un testimonio enérgico de la defensa y promoción de la mujer humilde.
5. En este oráculo de condena (2,6-16) encontramos también los reproches del Dios herido y amante de su pueblo. Retengamos los versículos 10, 11 y 12: Yo os hice subir a vosotros del país de Egipto / y os conduje por el desierto cuarenta años... Suscité profetas entre vuestros hijos, /y nazireos (consagrados) entre vuestros jóvenes...
6. La elección no es un privilegio, sino una nueva responsabilidad. Hay que sopesar la importancia teológica de este versículo: Solamente a vosotros conocí / de entre todas las familias de la tierra; / por eso, os visitaré / por todas vuestras culpas (3,2). La elección, misterio de gracia, es cierta; pero la elección no puede crear una falsa seguridad, sino que engendra una nueva responsabilidad. La frase resulta muy dura en el tono de condena.
7. La vocación profética es irresistible (3,3-8). El texto es muy notable en la literatura profética. Merece la pena el retenerlo en la memoria para percibir cómo se siente el profeta, cogido por Dios. En este contexto encontramos una frase teológica muy importante sobre la intimidad de Dios con el profeta, como confidente, a saber: No, nada hace el Señor Yahvé sin revelar su secreto a sus siervos los profetas (3,7).
8. Las vacas de Basán, que son las mujeres de los poderosos (4,1ss). El lector de Amós se queda muy impresionado por esa audaz metáfora: "vacas de Basán", principio de una descripción característica de Amós: las que maltratáis a los pobres, las que decís a vuestros maridos: "¡Trae de beber!".
9. Buscadme a mí y viviréis (5,4. 6). Un gran tema de teología profética. Léase atentamente la nota de la Biblia de Jerusalén colocada en este lugar (5,4) sobre buscar a Dios, buscar su rostro.
10. No quiero oír la salmodia de tus arpas (5,23). Primer oráculo de un tema que se va a ir repitiendo en los profetas. Dios siente repugnancia por la belleza del culto - cuando esa belleza se alaba y se fomenta tanto en la Biblia, si las solemnidades rituales y las fiestas en el templo (en este caso en Betel) son falsas seguridades. Léase todo el oráculo titulado en la Biblia de Jerusalén como "Contra el culto exterior" (5,21-27): Yo detesto, aborrezco vuestras fiestas...
11. Perdona, por favor, Señor Yahve, ¿cómo va a resistir Jacob, que es tan pequeño? Por dos veces escuchamos esta frase conmovedora en las visiones del profeta (7,2. 5). Y Dios se arrepiente y perdona. Los oráculos nos sirven para entrar en el alma del profeta, que se siente solidario con su pueblo, intercede como Moisés, y obtiene el perdón.
12. Sobre la vocación del profeta impresionante el relato del encuentro con el sacerdote del templo real de Betel. Yo no soy profeta, ni soy hijo de profeta, yo soy un vaquero... Leer todo el dramático relato de 7,10-17.
13. El Día de Yahvé (5,18). Primera mención en la literatura profética de un tema importantísimo. Véase igualmente el anuncio del oscurecimiento del sol a mediodía (8,9), texto que está a la base del signo de las tinieblas en al muerte de Jesús, y más si se compara el "lamento por el hijo único" (v. 10) con el pasaje de Lc 23,48: "Y toda la muchedumbre que había acudido a aquel espectáculo, al ver lo que pasaba, se volvió dándose golpes de pecho".
HACIA UNA LECTURA POSTERIOR ESTRUCTURADA, ORGÁNICA Y PROFUNDA
Un especialista, después de una exégesis detallada, busca una lectura teológica unitaria. Aunque uno no haya hecho todo este camino, un acercamiento serio al profeta nos lleva a resultados muy estimables.
He aquí la "Conclusión" que presenta un especialista de profetas, Jesús M. Asurmendi, en un estudio de divulgación: Amós y Oseas (Cuadernos bíblicos, 64), Verbo Divino, Estella 1989.
"Al
final de este recorrido del libro de Amós, la cosecha es abundante. Nos hemos
quedado impresionados por la fuerza y la vehemencia de la llamada a la misión
profética que emana del primer libro de un profeta. Tanto si el conjunto del
oráculo es de Amós, como si lo han completado sus discípulos, lo cierto es que
Am 3, 3-8 muestra maravillosamente la potencia de la llamada a la misión
profética, de la que atestigua el conjunto del libro de Amós. El relato
biográfico de 7, 10-17 es de la misma vena. Íntimamente ligados al carácter
impetuoso de la llamada, el ministerio y el libro de Amós atestiguan la
dificultad y la aspereza de la misión. Ser profeta a la manera de Amós supone
aceptar una vida que no tiene nada de placentera. La fidelidad al mensaje
recibido provoca la contestación, el enfrentamiento, la persecución. Amós se
sitúa entonces en la línea de los «profetas-sufrientes» por causa de la
palabra.
Amós
aparece igualmente como el profeta que tiene una visión clara de la
universalidad del Dios de Israel. En primer lugar, porque, a pesar de tener su
origen en Judá, la misión recibida lo envía a predicar a Israel, en el reino
del norte; hace explotar las fronteras políticas entre los dos Estados,
mostrando así que lo que cuenta para el Señor es su pueblo y no forzosamente
las instituciones políticas que él mismo se dio. Luego, en la serie de oráculos
contra las naciones, el último se refiere a Israel y lo sitúa, hasta cierto
punto, en el mismo nivel que los demás pueblos. Esta constatación se ve
reforzada en Am 9,7, que sitúa la elección de Israel y la salida de Egipto en
el mismo plano que las emigraciones de los otros pueblos.
Si Amós
no niega la especificidad de Israel y los vínculos particulares de su pueblo
con el Señor, su visión es más amplia y, para él, el Dios de Israel actúa,
juzga y bendice igualmente fuera de las fronteras de Israel. De esta manera se
amplían las perspectivas teológicas de su pueblo.
Dicho
esto, la escasez de mensajes de esperanza en los textos de Amós (5, 6.15; 9, 8)
puede provocar cierto malestar y corre el peligro de llevar a la conclusión de
que no predicó más que la desgracia y el castigo para su pueblo. Si la palabra
profética debe ser captada en su contexto, hay que decir que la situación
histórica explica en gran parte la dureza del mensaje de Amós.
Criticando
la injusticia, la insolidaridad, el culto y la seguridad automática en la elección
de Israel, se sitúa por completo contra corriente, en una época que fue una de
las más prósperas de Israel. Si su mensaje pareció pura locura a sus
contemporáneos, la historia le dio la razón, veinte o treinta años más tarde,
cuando Israel se hundió definitivamente con los asirios. Israel estaba
convencido de que tenía a Dios a su lado -«buscad al Señor..., y así el Señor
de los ejércitos estará con vosotros como decís»- y de que era un pueblo privilegiado
frente a los demás (9, 7); por esta razón precisamente, el juicio habría de ser
más duro todavía (3, 1-2).
Sería
ridículo imaginarse a Amós satisfecho del mensaje que transmite, y hay que observar
que, en las dos primeras visiones (7, 1-3.4-6), el profeta intercede en favor
de su pueblo ante el Señor. La palabra ha obligado a Amós a proclamar un
mensaje tanto más duro cuanto que la situación social y religiosa parecía
gloriosa y magnífica. Tuvo que abrir los ojos de sus contemporáneos y denunciar
sus ilusiones: «El día del Señor será tinieblas y no luz» (5, 18-20).
Las
tinieblas anunciadas por el profeta correspondían de hecho al comportamiento
ético del pueblo y eran su resultado. Amós le recuerda a Israel la
especificidad de su fe más allá de las apariencias engañosas de un culto
próspero y de una sociedad enriquecida. Anuncia a su pueblo que no vivirá, si
no busca a Dios en donde se
Algunos
han subrayado los vínculos que untan los juicios críticos de Amós con las leyes
y costumbres de Israel, es decir, con el decálogo Si es más que probable que el
profeta se haya referido a un contexto legislativo existente, cuyo tenor y cuya
forma se nos escapan actualmente en gran parte, lo cierto es que va también
mucho más lejos No se contenta, como dice W Rudolph, con sacar su «código» y
controlar la aplicación que se hace de él va a la raíz de la función de las
leyes en Israel y manifiesta, más allá del desnivel material, las perversiones
profundas que ocultan unos comportamientos y unas prácticas perfectamente
legales Son las raíces de la relación entre Israel y su Dios las que el profeta
destaca con una fuerza y una precisión innegables
No serán
el lujo ni los excesos sociales los que causen la degeneración y el hundimiento
de Israel Su caída provendrá del comportamiento de los Israelitas entre sí, de
la actitud de los poderosos y de los ricos que Intentan eliminar a los pobres y
a los débiles para su propio provecho (8,4) Israel solo podrá sobrevivir, SI
adopta el mismo comportamiento que Siguió el Señor con él dio a su pueblo la
tierra, la Vida Los Israelitas podrán existir, si viven en la dinámica del don,
no en la de la posesión y la explotación del otro
¿Cómo
pueden leerse hoy los textos de Amós? La frecuencia de situaciones semejantes
puede conducirnos a una trasposición directa de los textos del profeta a
nuestra Vida cotidiana, olvidándonos de la distancia cultural, histórica, del
contexto socio-político y económico que nos separan de Amós Una «aplicación
inmediata» de los textos proféticos en general, y de Amós en particular, corre
el riesgo de llevarnos a un callejón Sin salida Más que las denuncias concretas
de Amós (los comerciantes, el lujó, los tribunales, los ricos en genera!), lo
que debemos retener es la convicción teológica sobre la que se basan y que volvemos
a encontrar totalmente e el Nuevo Testamento el hombre es mi hermano Se encuentra
a Dios en los otros y por medio de los otros
Este
principio básico, este principio constitutivo es el único que puede permitirnos
una apreciación más objetiva de nuestro presente, poniéndonos Incluso en la
posibilidad de descifrar este presente a la luz de lo que es el fundamento
mismo de la fe de Israel y de la Iglesia".
PARA IR TRABAJANDO UNA SÍNTESIS PERSONAL
Veremos los "temas" que han ido apareciendo en el estudio y trataremso de hacer unidad en torno a grandes núcleos bíblicos:
1. El Dios que nos presenta Amós.
2. La Alianza, clave en la relación con Dios:
- Pecado.
- Amenaza.
- Castigo.
3. Apertura final con el triunfo de Dios y el restablecimiento de Israel.
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